viernes, 29 de febrero de 2008

Pedacitos de historia

Esta es parte de la familia que por algunos días hice mía. A mi izquierda, Silke con el pequeño Aaron, Joshua (de rojo) y a mi derecha, Steffen y Susanne Frerichs, con quienes conviví dos semanas de mi vida, hace exactamente un año, en un pueblito de 10.000 habitantes al norte de Alemania: Sandkrug. No se preocupen si nunca escucharon hablar de él, no es falta de cultura general, es que no lo conocen ni los propios conprovincianos! Tal vez esa sea la magia que lo envuelve, casi indescriptible es la sensación de paz en ese lugar, algo único e irreproducible. Si ustedes tuvieran la dicha de recorrer sus caminos, perderse en sus bosques, percibir sus olores, escuchar el canto de sus pájaros... si pudieran. Es que además de todo, la gente que Dios puso en mi camino es realmente uno de los regalos más lindos de mi viaje.
Por ahí se preguntarán qué me hace escribir sobre ellos hoy, después de todo, yo misma me lo pregunto... será el mail que recibí hoy? Puede ser, pero también es probable que haya decidido simplemente compartir con ustedes la maravillosa experiencia de abrir el corazón para que perfectos desconocidos dejen allí su huella y aún más maravillosa la satisfacción de sentir que esos lazos pueden durar toda la vida e incluso fortalecerse con el tiempo, y crecer con la esperanza de un nuevo abrazo. Sobre eso alguien me dijo un día: "las personas siempre se ven al menos una segunda vez, antes del fin de sus días" y yo lo acepté, cual axioma de la vida.

domingo, 17 de febrero de 2008

Pobreza en el campo, marginalidad en la ciudad



Es a esas primeras horas de la mañana,

cuando el sol asoma o la lluvia cesa,

que el niño despierta y siente.

siente ganas de vivir o de morir,

de reír o de llorar, sólo siente.

Y vive porque Dios quiere verlo vivir,

no tiene más opción que ser,

y es como su mundo lo deja ser.

Pobres aquí, pobres más allá,

no hay quién no los pueda ver,

habrá quién los pueda entender?

Creo que es parte de aprender a sentir,

notar que la vida nos invita a vivir,

saber que hay pequeños que quieren decir,

que son expertos en sobrevivir…

lo que en el campo se llama pobreza,

entre nosotros es marginalidad,

lo que entre ellos es hambre,

entre nosotros, resentimiento,

eso que para ellos es impensable,

para los nuestros es fuente de envidia…

y para qué darles la opción de venir?

podemos ayudarlos a resistir?

viernes, 15 de febrero de 2008

Un Valentín atípico


Ayer, mientras millones de personas alrededor del mundo recibían tarjetas, chocolates, flores y besos; otros tantos millones vivían un día normal que para mi terminó siendo diferente, atípico.
Por la mañana temprano habíamos acordado estudiar con Murito, con la simple promesa de hacernos compañía en esas primeras horas y ejercer presión mutua a ver si lográbamos avanzar algo juntos, porque a mí personalmente me está costando más que de costumbre reunir la voluntad, la concentración y todas esas virtudes necesarias para preparar mi penúltima materia.
Ya en el ómnibus de ida atrajeron mi atención las actitudes, los comentarios y hasta los atuendos de la gente y entonces sentí que ese día no debía pasar en vano para mí, después de todo, enamorados de algo estamos todos siempre no? y si la palabra enamorarse tiene un campo muy acotado, bueno, entonces digamos que siempre deberíamos estar dispuestos a dar amor. Esa fue la iniciativa.
La mañana transcurrió como había esperado, el simple hecho de tener a alguien sentado en frente es un peso fuerte a la hora de decidir entre el chantaje y la responsabilidad. Estudiamos hasta el mediodía y me fuí a nadar para cargar pilas. A la siesta me esperaba la Juli en su casa, la idea era continuar el plan de la mañana, pero con otra persona. A la noche habíamos quedado en juntarnos a cenar con el grupo para darle algún sentido al día: 4 solitarios, 4 penas, 4 almas con necesidad de consuelo.
Déjenme detenerme en el detalle de que mi amiguita Juli nunca me recibió en su depto, nunca respondió mis mensajes, nunca atendió mis llamados... qué podría haber pasado? la pregunta del millón, sentada en las escaleras del edificio con una incertidumbre terrible, sin saber qué era lo mejor que podía hacer, dadas las circunstancias: amiga medio chiflada, vive con la hermana, la hermana está de vacaciones, de tanto en tanto llama a SOS por sus problemitas de respiración...ay Dios, 20 minutos sin saber qué hacer. Terminé volviendo a casa y empecé el rastreo de pistas: hablar con los chicos, llamar a SOS, seguir intentando dar con ella... y nada...
20:05 hs. aprox. estábamos al teléfono con Muro y al fin aparece la señorita, conectada al MSN. Cuando me enteré lo que le había pasado la quería colgar! Resulta que se había acostado a dormir media hora a las 13:30 y pasó de largo. Ah! no tuvo mejor idea que poner en silencio el cel y desconectar el fijo, cerrar herméticamente la habitación y encender el aire! qué barbaridad! las películas que nos habíamos hecho cada uno de los involucrados competían por el Oscar, jeje
Bueno, después de todo, el alivio que sentí fue terrible. Me volvió por un rato el buen humor y todo! jaja
Para reivindicarse por la cagada que se había mandado, nos hizo la cena: unos pastelitos con masa casera que le costaron un desvelo a Martín (un amigo de Julia que cenó con los 4 mosqueteros). Mejor ni pregunten qué le pasó, jeje. Estaban buenísimos Juli! (espero que nadie más haya sufrido las consecuencias )
El postre llegó a la luz de la luna y las estrellas fugaces que mis amigos se encargaron de absorver con la mirada para que yo no pudiera verlas. Torta Primavera de Grido (que sí tenía chocolate, sorry, nunca más)
Las historias que compartimos no hace falta reproducirlas, van a quedar dando vueltas en nuestras cabecitas o en algún rinconcito de nuestros corazones, inclusive las de Julia, que llegaron a las 6 de la mañana y de las cuales confieso no haberme perdido más del 20% entre cabezazos y esfuerzos en vano por manternerme despierta.
Y si, atípico, pero feliz. Gracias chicos! Los quiero mucho, en serio.

jueves, 7 de febrero de 2008

La esperanza es lo que mantiene vivos a los que lo han perdido todo

"Es necesario esperar, aunque la esperanza haya de verse siempre frustada, pues la esperanza misma constituye una dicha, y sus fracasos, por frecuentes que sean, son menos horribles que su extinción".Samuel Johnson(1709-1784) Escritor inglés.

"La esperanza es el sueño del hombre despierto".Aristóteles (384 AC-322 AC) Filósofo griego.

"Es mejor viajar lleno de esperanza que llegar".Proverbio japonés

"La esperanza hace que agite el naufrago sus brazos en medio de las aguas, aún cuando no vea tierra por ningún lado".Ovidio (43 AC-17) Poeta latino.

"Todo hombre no vive más que por lo que espera".Giovanni Papini (1881-1956) Escritor italiano.

domingo, 3 de febrero de 2008

"No perdamos nada de nuestro tiempo quizá los hubo más bellos, pero éste es nuestro tiempo" Jean Paul Sartre.


Somos capaces de escapar de las trampas del tiempo, intentemos correr en su contra y alcanzar esas oportunidades que estamos dejando pasar.
Hay quienes piensan en el tiempo como esa noble abstracción que nos cura en su trancurso. Personalmente creo que no hay nada mejor que saberse curado antes de que sea demasiado tarde.

viernes, 1 de febrero de 2008

Vacíos dolorosos

Antes que nada quiero agradecerte Diego por la foto, sabés que me encanta y que significa mucho para mí. Justamente esta noche tengo ganas de contarles lo que sentí al verla por primera vez. Creo que no hay palabra que lo describa mejor que "vacío". Vacío por saber que nunca tuve esa mano y que ese momento no va a llegar, porque aunque mi viejo tuviera ganas de volver, nuestras manos ya no se verían así y lo más importante, nuestros corazones no se sentirían así... Lamentablemente hay vacíos que más que eso, son huecos, llagas que no se cierran ni con el tiempo, ni con la distancia, ni con el amor. Nos acompañan, nos molestan, nos duelen toda la vida. Justo cuando pensamos que ya no están, que parece que ya no se notan, aparecen de nuevo, vienen a recordarnos porqué somos como somos...y entonces no sabemos si dar las gracias, si llorar, si reir, no sabemos cómo reaccionar porque nos vencen, no tenemos cómo volver el tiempo atrás y aún si pudiésemos, no sabríamos cómo pedirle a la vida que nos deje cambiar ese pedacito de historia que nos hace tanto mal...

Quiero, de Jorge Bucay