jueves, 3 de julio de 2008

De desilusiones y otras crisis menores

Hace un par de meses hablaba con una amiga y entre otras cosas le manifestaba mi sensación de que lo último que necesitaba para poder seguir adelante era sufrir una nueva desilusión. Tal como esas cosas que pasan aún cuando habías jurado "yo nunca ...", bueno, de la misma manera empezaron a llover desilusiones en mi vida. No vale la pena enumerarlas ni demandar públicamente a los responsables, si es que así se me permite llamarlos. Simplemente intento reflexionar sobre mi responsabilidad frente a estas situaciones. A veces pienso en que algo debo estar haciendo mal, pero otras veces se me ocurre que tal vez esté pidiendo demasiado e inclusive he llegado a considerar la opción de que estoy mirando en la dirección equivocada y esperando grandes cosas de pequeños seres...
Desde la primera gota de desilusión hasta ahora he recorrido algún trecho y cada vez se hace más fuerte el sentimiento de estar perdiendo todo lo que creía tener, sin compensaciones de ninguna índole. Estoy intentando sobrellevar el sentimiento de desesperanza y buscando consuelo en lo que todavía me acompaña, en las personas que injustamente desatendí, en esos afectos que fueron capaces de sobrevivir a la erosión del tiempo.
Es hora de asumir las consecuencias de los actos y de las omisiones. Para la mayoría de las cosas no hay vuelta atrás, es así. Duele perder, duele ganar sin poder cantar victoria, pero al menos por hoy voy a volver a creer en que todo fracaso no es más que un nuevo desafío. Esta es mi propuesta.

Quiero, de Jorge Bucay