domingo, 17 de febrero de 2008

Pobreza en el campo, marginalidad en la ciudad



Es a esas primeras horas de la mañana,

cuando el sol asoma o la lluvia cesa,

que el niño despierta y siente.

siente ganas de vivir o de morir,

de reír o de llorar, sólo siente.

Y vive porque Dios quiere verlo vivir,

no tiene más opción que ser,

y es como su mundo lo deja ser.

Pobres aquí, pobres más allá,

no hay quién no los pueda ver,

habrá quién los pueda entender?

Creo que es parte de aprender a sentir,

notar que la vida nos invita a vivir,

saber que hay pequeños que quieren decir,

que son expertos en sobrevivir…

lo que en el campo se llama pobreza,

entre nosotros es marginalidad,

lo que entre ellos es hambre,

entre nosotros, resentimiento,

eso que para ellos es impensable,

para los nuestros es fuente de envidia…

y para qué darles la opción de venir?

podemos ayudarlos a resistir?

Quiero, de Jorge Bucay