Qué tiempos aquellos...

Fotos: Visita de nuestro querido negrito el pasado fin de semana.

Atrás quedarán un día esas incontables horas compartidas en las que sólo nos bastaba mirarnos a los ojos para descubrir nuestros profundos pensamientos, nuestros secretos mejor guardados y arrancar de raíz esas penas sufridas tantas veces en soledad.
La vida se encargará finalmente de marcar nuestros caminos y ya se van a notando los primeros trazos. Los cambios nos sacuden con fuerza y lo que un día fue cotidiano se vuelve mágico, pero no por eso nos hace menos felices. Nos hacen falta espacios y sensaciones que alguna vez fueron nuestros, pero aparecen nuevos desafíos que esperan por nosotros. Si amigos míos, nos cruzamos en el momento justo y cumplimos una primera etapa. Lo que venga de ahora en más promete ser diferente y dependerá de nosotros que seamos capaces de entenderlo, superarlo y asumir nuestras nuevas posiciones.

Quién soy y de dónde vengo

Hace algún tiempo, Julia me preguntó si era capaz de definirme en pocas palabras, si reconocía en mí algo que me hiciera única, irrepetible e irreemplazable. No supe responder, pero sí supe explicar hacia dónde voy, lo cual me hace pensar que todavía estoy en la búsqueda.
Pero lo que hoy me inspira es pensar más bien de dónde vengo...justamente la respuesta se basa en esas cosas que me van a acompañar toda la vida porque son mi sustento emocional y que nunca me van a permitir que me aleje de la realidad que me vio crecer. Se preguntarán a qué cosas me refiero y déjenme que les diga que cuando pienso en el lugar al que pertenezco, cruzan por mi mente tantos recuerdos....los aromas a pan caliente de los domingos, el canto de los pájaros, el sol, la lluvia y el granizo sobre los techos de chapa, las flores, el soplar de los camiones que se pierden en la ruta, el olor a mandarinas de las siestas de invierno, el polvo sobre los zapatos recién lustrados y tantas otras imágenes que pertenecen, como yo, a ese lugarcito que me vio crecer...
No importa cuan distantes queden estas imágenes del pasado que hoy revivo, lo único que sé es que siempre van a ser mi cable a tierra. No importa cuan alto logre llegar, nunca me voy a olvidar de los obstáculos que tuve que sortear, y de las personas que estuvieron allí para sostenerme cuando era un almita frágil y desorientada. A todas ellas les dedico especialmente este pedacito de mi historia y les doy infinitas gracias por haber sido mi guía cuando más lo necesitaba. Lo único que espero y me propongo a diario es no ser jamás motivo de decepción para ellas...

Creciendo, sin querer queriendo...

Sí, hoy cumplo 23 años y la crisis de los 20 empieza a cederle el paso a la de los 30 que cuando uno menos lo imagine van a estar llamando a la puerta...
Se preguntarán cómo es eso de "sin querer queriendo"...bueno, es algo sobre lo que vengo reflexionando hace tiempo. Se trata de la sensación de estar alcanzando de a poco las metas soñadas, de la necesidad de empezar a dibujar de a poco el camino hacia una nueva etapa y del miedo que acompaña a las decisiones de largo plazo... Será que tenemos que imaginarlas como algo definitivo? Es algo que me he preguntado frecuentemente en el último tiempo y he llegado a la conclusión de que aún cuando es necesario considerar todas las consecuencias posibles de nuestros actos, no deberíamos decidir bajo la tremenda presión de algo definitivo; después de todo...no hay mal que dure cien años y la muerte es lo único que (en este mundo) no tiene solución. Me refiero a que tenemos derecho a equivocarnos, aún en las decisiones más importantes de nuestras vidas... para eso somos humanos no?
Piensen con calma y no se angustien por la incertidumbre que nos rodea... después de todo, es parte de la magia de la vida ...